Resumen
El hallazgo del Hochheimer, su identificación y las sucesivas expediciones entre los años 2008 y 2010, están sobradamente documentadas en la web (www.solopecios.com). Ahora, este artículo presentará al Hochheimer y su contemporáneo, el Baldur, no como protagonistas principales, sino como las víctimas del drama. Drama cuyo argumento principal gira en torno a la “guerra del wolframio”, en el escenario de la Segunda Guerra Mundial y en el contexto de la guerra económica generada en torno a los países neutrales, el comercio con los beligerantes y los suministros vitales.
Entre toda la bibliografía respecto a esa guerra heterodoxa, en la que se combinó la diplomacia, las acciones militares y los activos de los diferentes servicios de Inteligencia; aparte de las fuentes sobre historia naval y bibliografía citada en la web, tan útiles en su día para sacar a la luz el nombre y la historia de este pecio, destacaremos para este artículo los trabajos de Aberasturi Corta, Rockoff y Caruana. El primero sobre el conflicto en el Golfo de Vizcaya y los segundos sobre la guerra del wolframio[i]. Asimismo, las fuentes utilizadas han sido documentos de archivo del Almirantazgo británico, del Foreign Office y servicios de la Inteligencia militar, así como los memorándums del “Gabinete de guerra” del gobierno británico, del año 1944.
La bibliografía, citas y documentos utilizados, se incluyen como «referencias al final». No ha sido posible insertar fotos e imágenes de los documentos del archivo nacional británico (Almirantazgo y servicios secretos), como habríamos querido, toda vez que los facsímiles e imágenes de los documentos contenidos en el expediente cedido, lo han sido a efectos de investigación sin que sea posible su libre reproducción pública.
La guerra y el superbeneficio del wolframio
El Hochheimer y el Baldur formaban parte de la flota de cargueros que durante la Segunda Guerra Mundial transportaba plomo, hierro, cinc, wolframio, industrias químicas, textiles y productos agrarios, desde Portugal y España hacia Alemania y la Europa ocupada. A través de un holding empresarial, desde 1940 se crearon compañías para canalizar estas exportaciones destinadas a apoyar el esfuerzo de guerra alemán. Desde los puertos del Norte (desde Galicia hasta el País Vasco), llegaba el mineral de hierro hasta Alemania, incluyendo el vital wolframio, elemento necesario para los blindajes. A partir de 1942 la competencia entre los beligerantes por abastecerse de wolframio, se plasma en la organización de un programa de compras, iniciada por el gobierno estadounidense. La exportación y los precios del wolframio español se incrementaron exponencialmente desde 1939 hasta 1944, como puede apreciarse en las Tablas 1 y 2 de este epígrafe, generando grandes beneficios al comercio exterior español. En la Tabla 3, relacionado con lo anterior, podemos ver la evolución en el volumen del comercio de mineral, a partir de los datos elaborados por el servicio correspondiente del Almirantazgo británico en 1944. Sin olvidar que, en cualquier caso, buena parte de las explotaciones mineras así como el transporte, estaba controlado por empresas alemanas a través de sus filiales y/o “empresas pantalla” españolas.
Tabla 1: Cantidades y valores de la producción de wolframio en España. 1939-1945
AÑO |
Producción anual (toneladas) |
Valor total de la producción anual (miles de pesetas) |
Incremento de la producción respecto a la media 1920-1938 (toneladas)
|
Incremento del valor total respecto a la media
1920–1938 (miles de pesetas) |
Incremento de la producción respecto a 1939 (toneladas) |
Incremento del valor total respecto a 1939 (miles de pesetas) |
1939 |
229 |
1.743 | 93 | 1.314 | — | — |
1943 |
4.038 |
468,846 | 3.902 | 468.414 | 3.809 |
467.100 |
1944 |
2.475 |
209.805 | 2.339 | 209.376 | 2.246 |
208.062 |
1945 |
293 | 2.263 | 157 | 1,834 | 64 |
520 |
Elaboración propia a partir de datos del INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA:
Instituto Nacional de Estadística (INEbase/Historia): Industria, industria minerometalúrgica, cantidades de las principales sustancias de producción minerometalúrgica, datos respecto al wolframio, Anuario 1946-1947, desde 1920 hasta 1945.
Idem: Industria, industria minerometalúrgica, valores de las principales sustancias de producción minerometalúrgica, datos respecto al wolframio, Anuario 1946-1947, desde 1920 hasta 1945.
Tabla 2: Elaboración propia. A partir de los datos de la Tabla 1.
PERIODO |
Precio por tonelada (pesetas) |
Media 1920-1938 |
3.154 |
1939 |
7.611 |
1943 |
116.108 |
1944 |
84.770 |
1945 |
7.723 |
Tabla 3: Cargamentos de mineral de hierro desde puertos españoles hacia Burdeos y Bayona. Cargamentos combinados. Años 1942 y 1943. Elaboración propia a partir del gráfico confeccionado para complementar el informe del Ministerio de Guerra Económica, de 26 de enero de 1944, respecto al tráfico de mineral de hierro a Burdeos y Bayona desde el norte español.
MINERAL |
DE | HIERRO | ||||||
Toneladas | métricas |
1942 |
||||||
0 a 10.000 | 10.000 a 20.000 | 20.000 a 30.000 | 30.000 a 40.000 | 40.000 a 50.000 | 50.000 a 60.000 | 60.000 a 70.000 | Más de 70.000 | |
ENERO |
X | |||||||
FEBRERO |
X |
|||||||
MARZO |
X |
|||||||
ABRIL |
X |
|||||||
MAYO |
X |
|||||||
JUNIO |
X | |||||||
JULIO |
X |
|||||||
AGOSTO |
X | |||||||
SEPTIEMBRE |
X |
|||||||
OCTUBRE | X |
|
||||||
NOVIEMBRE |
X |
|||||||
DICIEMBRE | X |
|
The National Archives-Reino Unido (TNA uk), referencia ADM 1/16228, Almirantazgo: “Gráfico sobre cargamentos españoles de mineral de hierro a Burdeos y Bayona, distinguiendo los que van a cada uno de dichos puertos y los mismos combinados. Parte del informe del Ministerio de Guerra Económica británico”, 26/01/1944
Las compras competitivas
Dejando al margen las redes de contrabando de todos los contendientes; los británicos gestionaron su suministro desde 1941 a través de la United Kingdom Commercial Company, Estados Unidos desde 1942 a través de la United States Commercial Company y los alemanes a través del holding germano-español SOFINDUS (Sociedad Financiera Industrial). Pero a comienzos de 1944, la estrategia aliada de minorar el suministro germano a base de competir como compradores de un mineral cada vez más caro, dejó de funcionar convenientemente al encarecerse demasiado los precios cobrados a los aliados. En efecto, el Gobierno español habría encontrado una manera de “discriminar los precios”[ii] –que conforme al estudio económico de Caruana y Rockoff eras más bajos para los alemanes—saldando al mismo tiempo su deuda de guerra con Alemania. La dislocación del tráfico de mineral fue, por consiguiente, vital para los aliados. La empresa alemana que se encargaba del transporte marítimo desde los puertos del norte –expone Aberasturi—era la Haeger und Schmidt GMBH, desde su agencia en París[iii]. La empresa que lo organizaba entre Bilbao y Bayona era una de las pertenecientes a SOFINDUS: “Minerales de España, S.A.[iv]. En el mencionado holding se integraba a su vez la empresa “Montes de Galicia S.A.” a la que pertenecía la concesión de las “Minas de Casaio, Balborrás (Carballeda de Valdeorras)”, obteniendo en septiembre de 1942 del Patronato Central para la Redención de Penas por el Trabajo, la cesión de 62 reclusos trabajadores en régimen de libertad vigilada. En Galicia, además de pequeñas explotaciones a cielo abierto en el arco costero, explotadas por agricultores reconvertidos a mineros, las minas interiores como la citada de Valborrás –cuya explotación estaba en manos alemanas—se ha estimado que llegaron a producir del orden de 3.000 toneladas anuales en los años de la Segunda Guerra Mundial[v]. La Provincia de Ourense produjo el 32 por ciento del wolframio nacional en 1944: 800 toneladas.
Guerra económica: Diplomacia, Inteligencia y hostilidades
En 1943 el gobierno sueco y el británico, con la mediación de representantes autorizados en nombre de la industria sueca, habían acordado reducir el comercio y suministro de materias primas e industriales con el Eje. A cambio, naturalmente, de acuerdos satisfactorios de compras así como de suministros desde el Reino Unido. El total de mineral de hierro sueco enviado a Alemania en 1943 (incluyendo 175.598 toneladas desde la noruega Narvik) fueron 592.887 toneladas. El exceso sobre lo previsto, aplicando las reducciones acordadas, garantizaban descontarlo de la previsión de dichos envíos para 1944[vi]. Era previsible, por consiguiente que los alemanes harían todo lo posible para paliar su déficit en la cuota sueca aumentando sus envíos desde España. Entrando en un periodo de “presión política mucho mayor sobre España”, era una ventaja –informaba la Inteligencia militar británica—“complementar esa presión con ataques despiadados al comercio entre España y Alemania”[vii].
Si a finales de 1943 no parecía posible tomar medidas, a comienzos de febrero de 1944 la importancia del objetivo había aumentado, tal como señalaba el Ministerio de Guerra Económica y su máximo representante, Sir Roundell Palmer. A continuación, había que ponerse de acuerdo con los americanos en los medios para conseguirlo. Por una parte, el embajador británico Sir Samuel Hoare, era sumamente reacio a las acciones del SOE (Special Operations Executive) y en general a operaciones clandestinas, porque su descubrimiento perjudicaría las relaciones con las autoridades españolas, a las que se requería insistentemente para que expulsaran a los agentes secretos alemanes. En ese año, la neutralidad española era un hecho consolidado y ya no preocupaba a la política exterior inglesa. Hecho que motivaba otra estrategia de relaciones y otro nivel de exigencias.
El plan para bloquear y dislocar el comercio y tráfico de mineral de hierro, desde los puertos del norte español –y particularmente desde Bilbao—había sido esbozado durante los meses de enero y febrero de 1944. A primeros de abril de 1944, el Almirante Barry, que dirigía operaciones similares en aguas de Noruega, era requerido por la Dirección de Operaciones –D.O.D. (H)[viii]— de la Royal Navy, para formular el plan necesario. El Almirante había hecho valer su criterio de que era preferible esperar al comienzo de la primavera para estas operaciones contra el tráfico de mineral, retirando submarinos con experiencia en estas patrullas, cuando las condiciones de luz decidieran que era preferible suspender las patrullas en aguas noruegas[ix].
Hacia mediados de abril –el informe debería estar de vuelta antes del 20—el Almirante informa de las dificultades existentes, debido a la pérdida de un submarino y los daños en otros tres. Favorable a que la misión se encomiende a submarinos del Home Command, informa que el Sceptre podría estar disponible hacia finales de mes. Conforme a las decisiones que en los meses previos se habían consensuado entre el Ministerio de Guerra Económica, la Inteligencia Militar y el Mando Naval; a juicio del Almirante Barry era suficiente la acción de un único submarino. Aparte del Sceptre, era posible que poco después estuviera disponible el Taku para una patrulla. El Almirante Barry era renuente al empleo de las patrullas porque la mayoría de oficiales al mando de los nuevos submarinos eran “demasiado inexpertos para asumir eso como su primera patrulla”. El Escuadrón Submarino 50 americano efectuaba patrullas en aguas exteriores de Bilbao y a partir de febrero al submarino francés Rubis se le encomendarían acciones de minado. El empleo de aviación se había descartado por las grandes dificultades operativas, en tanto que el SOE era capaz de actuar contra el comercio de mineral en acciones desde el mar. A partir de abril, se podría contar además con los submarinos del Home Command británico.
El memorándum del Ministro de Guerra Económica presentado ante el Gabinete de Guerra británico el 17 de abril de 1944[x], resume como en enero se habían dado instrucciones a Sir Samuel Hoare (embajador en España entre 1940 y 1944) para que apoyara la demanda estadounidense al Gobierno español en el sentido de proceder a un embargo a la exportación de wolframio a Alemania. Al mismo tiempo, se acordó que todos los envíos de petróleo a España deberían detenerse. Hoare estuvo totalmente de acuerdo con esta acción, pero sugirió firmemente que la detención del petróleo no debería estar vinculada con el embargo de wolframio en ninguna comunicación al Gobierno español y sobre todo que se debería evitar toda publicidad. Aparentemente, el Departamento de Estado estuvo de acuerdo con el Embajador de Su Majestad, pero casi inmediatamente después, sin más consultas, anunciaron en Washington que todos los envíos de petróleo a España habían sido suspendidos en espera de una reconsideración del comercio estadounidense y las relaciones generales con España.
Aquella publicidad situó las negociaciones británicas en posición extremadamente difícil y turbó tanto al embajador Hoare, como al Ministro Palmer. En realidad, tal inquietud por la indiscreción era gratuita, ya que con toda probabilidad el gobierno español, de forma indirecta a través de los servicios de información de la Abwehr (servicio de inteligencia militar alemán, operativo entre 1921 y 1944), era consciente del acuerdo aliado para dicho embargo, a comienzos de la primavera[xi]. A pesar de ello, el embajador indujo a los españoles a imponer un embargo temporal a las exportaciones de wolframio que aseguró una oferta razonable de Gómez-Jordana (Ministro de Asuntos Exteriores español en ese momento, tras sustituir a Serrano Suñer). La negativa del Departamento de Estado a permitir que los españoles salvaran la cara haciendo un envío simbólico a Alemania de 60 toneladas en los siguientes tres meses, así como su insistencia en un embargo completo hasta al menos el 30 de junio, hizo imposible un acuerdo. Existía, a juicio del Ministro de Guerra Económica, un grave riesgo de que los elementos germanófilos en España pudieran tomar la delantera, poniendo fin a las negociaciones y enviar a Alemania las grandes existencias de wolframio (incluyendo 700 toneladas en la frontera) que permanecían esperando transporte. Era necesaria toda la buena voluntad española para controlar el contrabando de wolframio, que, debido al alto precio del mineral, era la ocupación más remuneradora y a la que, además de lo controlado por SOFINDUS, se dedicaban gran número de pequeños productores. El Primer Ministro informó dos días después, el 19 de abril, que había discutido el tema español con Mr. Stettinius (Subsecretario de Estado-EEUU desde 1943) y también había telegrafiado al Presidente Roosevelt. En el resultado, parecía haber razón para esperar que fuera “una forma ecuánime de llegar a un acuerdo satisfactorio para nosotros”[xii]. La postura de los americanos era clara e intransigente al respecto: los suministros a Alemania vía Francia debían ser cortados.
Mientras las negociaciones relatadas iban aconteciendo, tomaba forma el envío de una señal contundente para “complementar” la diplomacia, una vez que el Almirantazgo organizó la operatividad submarina expuesta anteriormente. A mediados de abril, el embajador Hoare, informado por “C” (Mayor General Sir Stewart Menzies, cabeza del SIS-Special Intelligence Service, más conocido como MI6, constituye la División de contraespionaje de la Inteligencia militar británica) de los preparativos, se había mostrado incómodo con un ataque en aguas territoriales españolas. El Foreign Office no compartía su preocupación y el Primer Ministro Churchill, una vez informado, decidió que “no tenía ningún deseo de intervenir” en este asunto. Había de facto vía libre para la operación contra grandes cargueros en aguas españolas, pero con la recomendación de que el Kauldi, de bandera española, fuera retirado de la lista de posibles objetivos, que debería elaborar el equipo W/T instalado en Bilbao[xiii]. El 5 de mayo el capitán Mark Pizey del D.O.D. (H), comunica la orden de operaciones para que el submarino HMS Sceptre efectúe una acción contra el tráfico de mineral de hierro en aguas próximas a Bilbao. Sus instrucciones eran partir desde la base de Holy Loch en Escocia el 6 siguiente y estar fuera de Scillies (SW de Cornwall) el 8. Terminada su misión tomaría rumbo a Gibraltar[xiv].
El 21 y el 23 de mayo, el Sceptre hunde dos mercantes alemanes de mineral: al Hochheimer, en las proximidades de Cabo Matxitxako y al Baldur en aguas santanderinas, frente al embarcadero de mineral. En el ataque de este último sufre daños el cargadero de Saltacaballo en Castro Urdiales, resultando heridos tres trabajadores y fallecidos dos militares de guardia[xv].
Entre el 24 y el 26 de mayo, se produjo la reacción inmediata desde la Embajada británica, dirigida al Foreign Office, exponiendo lo inoportuno del ataque a las instalaciones en vísperas del discurso del Primer Ministro sobre España. Se piden explicaciones, anunciando la necesidad de “estar preparados para ofrecer una compensación total a los allegados de las víctimas españolas y por los daños a la propiedad”[xvi]. El 26, desde el Almirantazgo se propone al Foreign Office ofrecer a España disculpas por el incidente, debido al exceso de celo del comandante del submarino, posibilitando una acción disciplinaria y ofrecer una indemnización por los daños personales[xvii].
Indemnización por el Baldur e impunidad por el Hochheimer
España presentó en septiembre de 1944 una reclamación ante el Reino Unido por daños contra la propiedad y pérdida de vidas. En mayo de 1946 se acordó la indemnización respecto al Baldur[xviii]. El alto mando británico no dio cancha para el debate: consideró que el Hochheimer fue hundido con arreglo a las reglas de enfrentamiento, fuera de aguas territoriales españolas. Hoy que sabemos dónde está, a no más de tres millas en línea recta de tierra, esto nos parece más cuestionable. Se hizo finalmente efectiva dicha indemnización el 18 de octubre siguiente a las empresas Sociedad Taramona Hermanos y Compañía Minera de Setares. La cantidad fue ingresada por el Consulado británico en Bilbao, en la oficina local del Banco Hispano Americano. En total, 549.000 pesetas distribuidas en los conceptos siguientes: 86.500 por daños personales, 62.500 por la reconstrucción del cargadero y 400.000 como compensación por perjuicios comerciales[xix].
Referencias al final:
[i] JIMENEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos: “La II Guerra Mundial en el Golfo de Vizcaya”, Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco; 5, Museo Naval, Donostia, 2006.
CARUANA, Leonard y ROCKOFF, Hugh: “A Wolfram in Sheep’s Clothing: Economic Warfare in Spain, 1940–1944”, The journal of Economic History, 63, pp. 100-126. Marzo 2003
[ii] CARUANA, Leonard y ROCKOFF, Hugh: “A Wolfram in Sheep’s Clothing… Op. Cit. P. 123
[iii] JIMENEZ DE ABERASTURI CORTA, Juan Carlos: “La II Guerra Mundial en el Golfo de Vizcaya”… Op. Cit. P. 523
[iv] Idem. P. 521
[v] Uhlig, Stefan y Laboratorio Xeolóxico de Laxe: “Wolframio”; Gran Enciclopedia Gallega. CAÑADA, Silverio (editor), Tomo 30, Heraclio Fournier S.A., Santiago de Compostela, 1984, p. 179
[vi] The National Archives-Reino Unido (TNA uk), ADM 1/16228, documento 28, Almirantazgo: “Telegrama desde la Embajada británica en Estocolmo al Ministerio de Guerra Económica”, 15/01/1944.
[vii] Idem, documento 4: “Informe de la inteligencia militar”, 29/01/1944
[viii] D.O.D (H): Director Operations Division (Home). Órgano directivo en el organigrama de la Royal Navy británica
[ix] TNA uk, ADM 1/16228, documento 7, Almirantazgo: “Minuta número 2. SM 04087/164”, 05/02/1944
[x] TNA uk, War Cabinet (TNA uk, CAB) 66/49: 201(44)-250(44); W.P. (44)206; Copia nº 36, hoja 30, p. 1, 17 de abril de 1944: Diferencias anglo-americanas respecto a las medidas de bloqueo. Memorándum elaborado por el Ministro de Guerra Económica (Minister of Economic Warfare), Roundell Palmer, Conde de Selborne. Recuperado de Internet: https://www.nationalarchives.gov.uk/cabinetpapers/cabinet-gov/cab66-second-world-war-memoranda.htm, [Consultado el 09/07/2020]
[xi] CIA, Nazi war crimes disclosure Act 2001 2005; Referencia XXI-187: “Interrogatorio de Ludwig Neubourg, Jefe de la subsección Abwehr VI B 4-c, del RSHA-Berlín. Informes del 307 Destacamento del cuerpo de contrainteligencia. Cuartel General del Séptimo Ejército americano”, 08/03/1946. Recuperado de Internet: https://www.cia.gov/library/readingroom/docs/NEUBOURG%2C%20LUDWIG_0010.pdf [Consultado el 11/07/2020]
[xii] TNA uk, CAB 66, War Cabinet 52/44, minuta 3, p. 241, 19/04/1944
[xiii] TNA uk, ADM 1/16228, documentos 20 a 24: “Informes e instrucciones de Director Operations Division (Home)-D.O.D. (H), del responsable de Inteligencia-M.(I) y de los Almirantes de submarinos S. M. Raw y Barry, para la patrulla del Sceptre, minutas 8, 9 y 10”, 04/04/1944 a 04/05/1944
[xiv] Idem: “D.O.D. (H) comunica la orden de operaciones de F.O (S) para la patrulla del Sceptre, minuta número 11”, 05/05/1944
[xv] Idem: “Cablegrama de B.N.A. Madrid al Almirantazgo británico”, 25/05/1944
[xvi] Idem, Almirantazgo: “Telegrama del O.T.P. de la embajada en Madrid al Foreign Office. De Mr. Bramwell a C. H. M. Waldork” 24/05/1944
[xvii] Idem, documento 95: “Nota del Almirantazgo al Foreign Office”, 26/05/1944
[xviii] Idem, documento 189: “Carta de la Embajada británica en Madrid”, 20/05/1946
[xix] Idem, documentos 194 y 195: “Carta de la Embajada británica en Madrid y recibo del pago”, de 18/10/1946